La Luz del Creador es tan potente que sería imposible mirarla cara a cara y tener contácto con ella.
No es una Luz tal como la concebimos en nuestro mundo material,sino un alto concepto metafísico del que la luz del sol y las estrellas son sólo un símbolo inferior.
Por eso el Santo Bendito fué adaptando en forma gradual ésta Luz en nuestro mundo físico por medio de las sefirot,desde la más espiritual de todas (Keter) bajando en orden descendente hasta llegar a la última (Maljut) las más terrenal en contácto directo con nosotros y no por ello menos santa que (Keter).
Quiero compartir con todos este cuento Sufí sobre la Luz Divina en cada uno de nosotros.
La llama interior
Un rey muy rico de la India tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y de ser un hombre de profunda religiosidad, lo cual era inusual para un personaje de su categoría. Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano que evitaba que se deslumbrara por el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su tiempo. Inmediatamente después de los saludos que exige la cortesía, el hombre preguntó: Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza? El rey le dijo: Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré.
Al término del paseo, el rey le preguntó: ¿Qué piensas de mis riquezas? El hombre respondió temblando: "No pude ver nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara."
"Ese es mi secreto" le contestó el rey. "Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera."
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